En Granada se producía la mejor seda de Europa hasta bien entrado el siglo XVIII. Luego, su decadencia fue imparable hasta su completa desaparición. Sobre el año 1600 el gremio de los “torcedores” de la seda gozaban de notable pujanza y, como otros muchos colectivos, erigieron una cruz de piedra junto a la Abadía del Sacro Monte. Es una de la cuatro que se han conservado.